Fiestas y Tradiciones
Fiesta de los piostros
Descripción
Se llaman piostros al conjunto de jinete o amazona y su correspondiente cabalgadura engalanada con mantas típicas bordadas en terciopelo negro, que en Pedroche participan en la fiesta en honor de la Virgen de Piedrasantas (Patrona de Pedroche), donde cada año los días 7 y 8 de septiembre se dirigen a su ermita, al borde del arroyo Santa María, encabezados por sus mayordomos.
La fiesta fue declarada FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO DE ANDALUCÍA en 2010.
La característica esencial de la comarca de Los Pedroches durante la Baja Edad Media y la Edad Moderna es la organización de un sistema mancomunado de explotación de una extensa dehesa, denominada de La Jara, Ruices y Navas del Emperador. Desde finales del siglo XV, desde 1492 hasta el año 1837, la ermita de Piedrasantas será el lugar elegido por los concejos de las villas realengas de Los Pedroches para celebrar las reuniones destinadas a organizar la explotación de sus términos.
Aparte de reuniones de carácter extraordinario, los representantes de los concejos de las Siete Villas de Los Pedroches celebraban un encuentro anual en la ermita de Piedrasantas cada 8 de septiembre. Y no es casualidad que ésta sea la fecha en la que los vecinos de Pedroche, los piostros, siguen peregrinando a la ermita con sus caballos y mulas. El nombre se debe posiblemente a una corrupción de la voz piostre, con la que se designaba a las autoridades que encabezaban las romerías religiosas.
El origen de la fiesta pudo estar, precisamente, en los desplazamientos de representantes concejiles y acompañantes de cada uno de los pueblos que acudían en estas fechas a esta reunión con sus monturas. En los años finales del siglo XV, estas reuniones pudieron dar lugar ya a verdaderas “romerías”, con las que de alguna forma se recuerdan esos tiempos no tan lejanos en los que los habitantes de las aldeas, como vecinos de Pedroche, acudirían a las principales celebraciones que tienen lugar en la villa madre. El tradicional convite, en el que se sirve vino con melocotones, los trajes y, en general, el folklore que rodea la fiesta nos evocan claramente estos tiempos pasados. Hasta la construcción del puente sobre el arroyo Santa María en 1913, las caballerías servían para facilitar el paso por este arroyo, que en años de lluvia podía venir ya crecido.
La fiesta de los piostros supone la mayor concentración equina anual de la provincia de Córdoba. Y algunos de los ritos desarrollados en ella, como la carrera subiendo la llamada Cuesta del Molar tiene claras reminiscencias de antiguas carreras de caballos medievales y renacentistas. Incluso algunos aspectos que se mantienen en el desarrollo de la fiesta nos evocan unas relaciones sociales ya desaparecidas, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media y que estuvieron vigentes durante toda la Edad Moderna, el período de vigencia de la comunidad de las Siete Villas de Los Pedroches. El más destacado es la costumbre de organizar los desplazamientos en grupos de tres personas con sus correspondientes caballerías: hombre, mujer y sirviente nos trasladan a los antiguos grupos formados por caballero, dama y escudero. Y el propio ceremonial de la fiesta, que otorga a los mayordomos un papel preferente, resulta igualmente evocador de las relaciones políticas y sociales documentadas en los concejos rurales desde la Edad Media.
Los piostros son, sin duda, una de las manifestaciones más genuinas de la cultura tradicional de la comarca. Una cultura tradicional que se ha formado en nuestra tierra durante siglos de relativo aislamiento del exterior y de gran cohesión interna entre los diferentes núcleos de población.
La Estampa
La estampa más típica de ir a la fiesta es formando un trío, con la mujer y su paje montados a lomos de una yunta de mulas, acompañados de cerca por el marido o el novio; si estos últimos no existen sólo va la pareja de dama y paje. La mula sobre la que cabalga el hombre va adornada con albardón, cubierta y la típica manta de piostros, tejida en el mismo pueblo, además del cabezón.
Por su parte, la mula en la que va montada la mujer llevaba albardón, cubierta y jarma y sobre esta última se colocan las jamugas, cuya definición es la de “silla de tijeras”, con patas curvas y correones para poyar espalda y brazos, que se colocan sobre el aparejo de las caballerías para montar cómodamente a mujeriegas.
Un colchoncillo suele hacer más llevadero el viaje de las damas.
Función de los soldados
Descripción
Desde 1917, los soldados licenciados (cuando se hacía el servicio militar obligatorio) o los que lo serían (ahora que no hay servicio militar obligatorio) se congregan en la ermita de Piedrasantas el Lunes de Pascua para, según la tradición, darle gracias a la Patrona porque todo haya ido bien. Sólo hubo un paréntesis sin fiesta, desde 1937 hasta 1940.
Hoy en día, aunque el fin no es el mismo, sí que sigue manteniéndose la fiesta. Además, con el añadido que ahora también participan de ella las mujeres, como es lógico.
Y todo comenzó cuando Isabel Clara Conde Díaz, Clarilla, enamorada de su novio Manuel Pastor Regalón, Manolete El Molinero, prometió a la Virgen de Piedrasantas que si éste volvía de la Guerra de Marruecos le ofrecería una misa. Cuando Manuel regresó, la dueña de la casa donde trabajaba Isabel Clara, Francisca Gallardo, costeó la misa. Aunque, ésta no se celebró en la ermita, quizás por el estado de salud de Francisca, y sí en la capilla de la Soledad de la parroquia El Salvador. Pero, por la tarde, marcharon todos los soldados licenciados al santuario junto a Manuel. Uno de ellos, Mariano "el de las Merinas", amenizó la velada tocando una corneta.
Fueron 25 soldados licenciados, mozos de Pedroche de la quinta del 13, los que por primera vez y de forma colectiva participaron de tan singular tradición.
San Sebastián
Descripción
La festividad de San Sebastián se celebra en Pedroche el domingo más próximo al 20 de enero.
En procesión llevan al Santo desde la parroquia El Salvador hasta su ermita, situada en la salida hacia Torrecampo.Aunque la imagen pasa todo el año en la ermita, previamente a su festividad se lleva a la parroquia para que pueda así procesionarse por el pueblo. Al son del tambor y precedida de la bandera de la cofradía, es llevada por la hermandad a hombros. En algunos puntos del recorrido, como puede ser la Plaza de las Siete Villas o la Plaza El Ejido, se hace revolotear la bandera en una acto que se suele denominar "jugar la bandera".
Al llegar se oficia la Misa. A continuación vuelve a salir San Sebastián para una nueva procesión, esta vez por los alrededores de la ermita, volviendo a sonar el tambor y a revolotear la bandera.
Hace ya bastantes años, las actividades se alargaban también por la tarde, donde jóvenes jugaban alrededor de la ermita.
Hoy en día, la ermita permanece cerrada todo el año. Aunque, nos consta que anteriormente existía un santero, Francisco Félix Rubio Frutos. Era responsable de abrir todos los dias. Estuvo con esa labor durante casi diez años, hasta que cayo enfermo en 1984.
Virgen del Rosario
Descripción
Actualmente se celebra la Festividad de la Virgen del Rosario en el domingo más inmediato al 7 de octubre. El sábado anterior, reunidos los Hermanos con la Directiva de la Cofradía, el Abanderado, los Alabarderos y acompañantes, se dirigen hasta la Iglesia, donde ofrecen las Insignias de la Hermandad a la Virgen, ofreciendo la Eucaristía por todos los hermanos difuntos.
Al día siguiente, domingo, por la mañana reunidos de nuevo los anteriormente mencionados,recogen a las Autoridades y al Párroco, para dirigirse de nuevo a la Parroquia, donde se celebra solemnemente la Eucaristía, en la cual rinden honor al Señor en el Altar Mayor cuatro escopeteros de la Hermandad. A continuación es la Procesión por las calles de la población yendo la Imagen de la Virgen rodeada de los hermanos y hermanas y portada a hombros por los mismos, haciéndole guardia de honor los escopeteros. En varios sitios del recorrido se ofrece a la Virgen la Bandera de la Hermandad, ondeada varias veces por un hermano, mientras el tambor redobla sin cesar. Al terminar el “juego de la Bandera” (así llamado popularmente) se oye una gran salva de todos los escopeteros, que de esta manera saludan a su Patrona. Finalizada la Procesión entra de nuevo la Virgen en el Templo Parroquial entre los repiques de las campanas y los acordes vibrantes y sonoros del órgano.
Posteriormente en un local preparado para este acto se celebra la Junta de los hermanos y hermanas de la Hermandad, se cobra los estipendios para sufragar los gastos habidos por la Hermandad durante el año anterior. Luego se obsequia a todos los presentes con un pequeño y familiar convite.