Qué visitar

Iglesia de el Salvador

Descripción

Monumento nacional. Es uno de los edificios más sobresalientes de la sierra. Su construcción es de época de los Reyes Católicos, aprovechándose las piedras del Castillo demolido con anterioridad. Aún puede observarse su clara estructura mudéjar. Consta de tres naves y puede clasificarse entre los monumentos religiosos del siglo XIII al XIV, cuya construcción se inició una vez terminada la Reconquista por Fernando III. La cabecera del templo se levantó en el siglo XV y fue decorada con pinturas de esta época que aún pueden observarse detrás del retablo barroco. Un original artesonado mudéjar, en buen estado de conservación, cubre la nave central, fue realizado en el siglo XV, todo policromado y de bella ejecución. Llamativo es el pequeño artesonado que cubre el Baptisterio.

Presenta tres portadas: la principal que mira al norte, de finales del siglo XV; en el lado sur permanece todavía la puerta, del siglo XIV, con arco apuntado de ladrillo, del gótico – mudéjar; y la poniente también del siglo XV-XVI, con airoso pórtico. Delante de la puerta hay mosaicos de piedras filonianas de la región del siglo XVI, formando rosetas y dibujos geométricos. Interesantes son los retablos dieciochescos, como los de la Virgen del Rosario, la Inmaculada y las Benditas Animas así como las pinturas murales de la nave central y un cuadro de Fray Diego Delgado del siglo XVII.

RETABLOS

La retabilística del siglo XVIII se halla dignamente representada por varios altares de la parroquia: el mayor, los de la Virgen del Rosario y la Inmaculada y el de las Benditas Animas. El primero debió hacerse a mediados de la centuria y consta que se doró en 1.787. Se estructura en basamento, cuerpo, con tres calles separadas por grandes estípites, y ático semicircular. De su iconografía originaria sólo conserva el relieve de la Transfiguración, en el que sorprende la forzada disposición de los apóstoles, vueltos hacia el espectador, y la efigie de San Miguel, cuyo valiente dinamismo contrasta con la ingenuidad compositiva del referido relieve.

Los retablos de la Virgen del Rosario y la Inmaculada están en los testeros de las naves laterales. El primero es de 1.766, tiene planta bastante movida y consta de banco, cuerpo y ático. La titular, que es una imagen de serie y sin interés, está en un templete coronado por dosel. En el ático debió haber un crucifijo, pero en su lugar hay ahora una efigie de San Pedro. El de la Inmaculada fue rehecho tras la Guerra Civil, y su parte más interesante es el ático, que es el de origen. Al igual que el anterior, es de estípites y debió hacerse a mediados del siglo XVIII. Ocupa su hornacina central una imagen de candelero de la Virgen de los Dolores, cuyas manos entrelazadas subrayan el recogimiento de su pena.

Presidiendo la capilla de las Benditas Animas, que hoy es del Sagrario, hay un retablo de hacia 1.788, año en que se concluyó dicha capilla. Ha perdido las columnas que flanqueaban el relieve de las Ánimas, en cuyo plano celestial aparecen la Virgen del Carmen y el Padre Eterno. La iconografía se completaba con el Cristo de la Vega, que centraba el referido relieve. Hoy, en su lugar, hay un crucificado moderno.

Iglesia de el Salvador

Torre parroquial

Descripción

La torre parroquial de Pedroche, monumento nacional desde 1979, está situada en la zona más alta del pueblo, junto a la parroquia El Salvador y a la ermita de Ntra. Sra. del Castillo. Es una de las más bellas y esbeltas de España.

Utilizando materiales del castillo que existía en ese lugar, y que fue derruído, comenzó la construcción de la torre, seguramente en el año 1520. A partir del segundo cuerpo, en 1544, el arquitecto Hernán Ruiz II tomó la dirección de las obras, que desempeñó hasta 1558. Arquitecto conocido por transformar en torre el minarete de la mezquita de Córdoba y el campanario de la Giralda. Juan de Ochoa concluyó la obra colocando el cuerpo cilíndrico en 1588, según parece sobre diseños del maestro.

Si bien no se ha encontrado documentación que lo ratifique, un análisis del monumento y de la obra de Hernán Ruiz II, nos induce a pensar que éste no se limitó a recrecer sobre los primeros cuerpos de la torre (añadió un campanario de planta cuadrada con dos vanos en cada fachada), sino que además realizó en los mismos operaciones puntuales pero imposibles, tales como: apertura de la ventana del reloj, construcción de la escalera de caracol, adición de cornisas y demás elementos decorativos.

Simultáneamente con la torre, se construyeron los muros del crucero de la capilla que habría de ser la mayor de la iglesia, apareciendo en uno de ellos la fecha 1539.

Cuentan que por el año 1885, una chispa eléctrica de una fuerte tormenta, ocasionó el desplazamiento de varios sillares de la cúpula, cerca de la bola, produciendo un hueco que en 1910 tapó con ladrillo un escalatorres aragonés. Operación que puede apreciarse actualmente.

Ante su estado de ruina, entre octubre de 1987 y enero de 1988, se realizaron obras de emergencia bajo la dirección del arquitecto D. Jerónimo Sanz Cabrera, consistentes en el apuntalamiento de la primera bóveda con un gran pilar circular de ladrillo macizo, arriostrado a los muros del primer cuerpo con puntada de madera.

La torre está constituida por cuatro cuerpos, alcanzando una altura de 56 metros. El primero cuadrangular, el segundo octogonal, el tercero o campanario es cuadrado y el último es cilíndrico.

El primer cuerpo, construido en el año 1532 según consta escrito en una de sus piedras, tiene diez metros de anchura por veinte de altura. Tiene una hornacina de 1,5 metros de altura y aún más elevada una ventana, llamada del reloj, con un labrado en su entorno. La subida de este primer tramo está formada por tramos de peldaños adosados a los muros sobre arcos de piedra.

Junto a la hornacina se encuentra la puerta de entrada, que no es propia de la torre, sino más bien del castillo. Es de arco de medio punto y tiene 1,50 por 1,00 metros de luz, por lo que su primer cuerpo pudiera haber sido un torreón del castillo árabe.

El segundo cuerpo,octogonal, construido en el año 1535 según consta escrito en una de sus piedras, está formado por una escalera helicoidal de caracol con alma, formando el peldaño una sola pieza, unido por un extremo al núcleo central y por el otro extremo al muro general de la torre. Esta escalera de caracol está provista de un artístico pasamanos para facilitar su uso. Termina este segundo cuerpo es una inmensa bóveda sobre la que descansa en su centro la segunda escalera de caracol que asciende hasta el cuarto cuerpo de la torre. Este caracol de 1,25 de diámetro tiene varias aspilleras para su iluminación. También existen, en este segundo cuerpo, dos grandes ventanales para la iluminación, al este y oeste.

La parte exterior de este segundo cuerpo tiene cuatro cuerpos cilíndricos de aproximadamente dos metros de altura cada uno con remates cónicos.

El tercer cuerpo cuadrangular forma el campanario. Sus esquinas estás orientadas a los cuatro puntos cardinales. Tiene ocho huecos que forman arcos de medio punto, en los que están colocadas las campanas, muy prolongados y rematándolo con cornisa también a soga y tizón como el primero.

La escalera del tercer cuerpo es de idéntica características que la anterior, con la diferencia de ir alojada en el centro de la obra hasta llegar al cuarto cuerpo de la construcción. Estas escaleras van provistas de varias aspilleras para su iluminación.

Por encima de ésta corre en todo su perímetro una moldura voladiza que constituye la base del cuarto cuerpo formado de ocho columnas sobre las que se sustenta la terminación, un gran chapitel coronado con una gran bola de piedra y encima una veleta que termina con cruz de hierro, con extremos en bola.

En cada esquina de este cuerpo hay un obelisco de tres metros y medio de altura, denominados popularmente "los mojinetes".

Los muros que sustentan esta gran mole de sillería tienen un espesor y 1,90 metros.

Torre parroquial

Ermitas

Virgen de Piedrasantas

Está ubicada a poca distancia del pueblo y alberga a la patrona de Pedroche, la Virgen de Piedrasantas. Construida en el siglo XVI, destacan en ella elementos barrocos añadidos en el siglo XVIII. En su interior se conservan siete bancos de madera con los nombres de las Siete Villas de los Pedroches, cuyos representantes se reunían aquí para tratar asuntos comunes a las villas.

La ermita tiene una sola nave cubierta por una bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones que se apoyan sobre pilastras toscanas y contrafuertes exteriores.

La cabecera de planta cuadrada aparece coronada por una bóveda estrellada, habiéndose establecido un camarín con cúpula coronada por una linterna para albergar la imagen de la patrona.

Ermita de la virgen de Piedrasantas

Nuestra señora del castillo

Declarada Monumento en 2010. Está edificada sobre la inmensa roca en la que está asentada Pedroche, en el mismo lugar donde estaba el antiguo castillo árabe. Por esto se llama Ermita de Nuestra Señora del Castillo, bajo el título de Santa María.

No se sabe con certeza cuando se edificó, pero sí se considera que se hizo sobre parte del solar que ocupaba el castillo, utilizando algunos de sus cimientos. Sabiendo, además, que éste fue demolido y destruido a finales del siglo XV, se cree que la edificación debió ser en los primeros años del siglo XVI, o sea, entre 1500 y 1510 aproximadamente.

Es de una sola nave con presbiterio y arcos ojivales, de gran capacidad. Dichos arcos están sustentados sobre muros de piedra granítica y reforzados exteriormente con otros muros que dan fortaleza y solidez a todo el edificio. Tiene una pequeña sacristía y dos puertas de entrada: una de ellas orientada al sur, con rampa ascendente para el acceso a la ermita, con un pequeño rosetón de piedra en el frontis, de una sola pieza y sobre él está la espadaña para la campana. La otra puerta de gran tamaño está orientada al norte de la ermita y es la de acceso ordinario a la misma. Como verja de la capilla mayor tenía lo que hoy es la puerta de entrada al Parque Municipal.

En 1995, pinturas de incalculable valor artístico y que podrían datar de la época de la Reconquista, aparecieron en las paredes interiores de la ermita. Las pinturas podrían remontarse a la época del gótico, siglo XV, y en ellas se pueden atisbar indicios de una época de esplendor en Pedroche cuando era el núcleo más importante de la comarca.

Ermita de nuestra señora del castillo

San Sebastián

La ermita de San Sebastián de Pedroche está ubicada a extramuros de la villa, en la salida norte en dirección a Torrecampo, junto al antiguo Camino Real de Andalucía a La Mancha.

Fue construida entre los siglos XIV y XV, aunque ha sido objeto de diversas remodelaciones. Su única nave tiene en la cabecera un presbiterio cubierto con bóveda semiesférica de ladrillo. El edificio fue declarado en ruinas en 1964 y fue reconstruido gracias a las donaciones de los vecinos. La última remodelación se realizó en 1993.

Allegada a la ermita se encuentra la cofradía de San Sebastián, reconstruida en 1976 tras la disolución de la primitiva. Esta hermandad celebra cada año, el domingo más próximo al 20 de enero, la festividad de San Sebastián, en la que una procesión se dirige por la mañana a la ermita del santo acompañada de hermanos y devotos. Por la tarde, después de una Eucaristía, tiene lugar el revoloteo de la bandera de la hermandad, lo que se conoce en Pedroche como «jugar la bandera» con el acompañamiento del tambor. Al hermano mayor le corresponde «servir» al santo y pagar el convite a los hermanos. Hace años, la tarde de la festividad era costumbre jugar al corro mientras se cantaba la jota de Pedroche, una de cuyas letras reza «En mi vida he visto yo lo que he visto en este baile, bailar las mujeres solas por ser los hombres cobardes».

Ermita de San Sebastián

Convento de la Concepción

Descripción

Declarado Monumento en 2008. Creado en 1.524 a petición del pueblo y fundado por monjas de Santa Clara de la Columna de Belalcázar. Delante se abre un patio amplio con pórtico de columnas sencillas al que se accede por una puerta al exterior de tradición gótica. En sus mejores tiempos fue vivero espiritual del que saldrían Abadesas y fundadoras de otros varios de la provincia, alcanzando parecida fama a la del cercano Nuestra Señora del Socorro. La incansable labor apostólica y el decidido apoyo del V. P. Francisco de los Ángeles y Quiñones, halló en la comarca un propicio caldo de cultivo en el que fructificaron los postulados de la orden Franciscana.

Formados en 1509 los "recogimientos" de los cercanos pueblos de Torrefranca y Fuente Obejuna y bajo la influencia del entonces pujante convento de Nuestra Señora del Socorro, no es de extrañar que en Pedroche naciese un nuevo "recogimiento" de beatas, embrión del futuro convento. Este nuevo "beaterio" comienza su andadura con el patrimonio particular de cada una de las mujeres congregadas, y pronto es apoyado decididamente por el concejo y vecinos de la Villa. Recibe la bendición del V. P. Fray Francisco de los Ángeles, quien no tarda en aprobar la idea y en 1514, les envía las Constituciones y Reglas de la Orden de la concepción, aprobadas por el recién fallecido Papa Julio II.

Inmediatamente comienzan las aportaciones y donaciones de los vecinos para la construcción del convento. En 1521 se consigue la licencia de don Diego Ponce de León, provisor y vicario general del obispo don Alonso Manrique y se inician las obras, terminando estas, dos años más tarde.

Es Fray Juan de la Serena, guardián del vecino convento de Nuestra Señora del Socorro, quien, por orden del omnipresente Fray Francisco de los Ángeles, se encarga de desplazarse a Belalcázar, para que del convento de Santa Clara exclaustre y acompañe hasta Pedroche a Sor María de San Buenaventura y Sor Catalina de San Juan, quienes, según Bula concedida por el Papa León X, fundaran, junto con las veinte congregadas en la primitiva casa "beaterio", el convento de Nuestra Señora de la Concepción.

Era el día 2 de enero de 1524. El notario apostólico don Lucas Fernández, ante el licenciado Núñez de Lodisa, provisor y vicario general del nuevo obispo de Córdoba, Fray Juan de Toledo, levanta acta de la fundación. Ese mismo día, los vecinos, entre los que se encuentran padres y hermanos de algunas de las congregadas, hacen traspaso del edificio que ellos mismos habían construido y costeado; una vez tomada posesión por el vicario, las profesas se recluyen en él. Al día siguiente, "domingo 3 días del mes de enero de dicho año por la mañana", Sor María de San Buenaventura primero y después todas las demás, toman el hábito y hacen votos perpetuos de obediencia y castidad. Inmediatamente después de la ceremonia las monjas aceptan el nombramiento de Abadesa de Sor María de San Buenaventura.

Así vio la luz este ya viejo convento y así comenzó su devenir histórico. Pronto se ganó la simpatía de los vecinos de la Villa e incluso de los pueblos cercanos que lo sostenían con sus limosnas, recogidas por las mismas monjas en sus postulaciones, y con las mandas de casas y terrenos que pasaban a su propiedad.

Crisol de vocaciones y de sólida formación religiosa y humana, de él salieron en 1531 María de San Jerónimo, María de Jesús y Juana de San Francisco para fundar el convento de la misma Orden en Fuente Obejuna, hoy extinguido; y en 1547, por encargo del incansable Fray Francisco de los Ángeles, las religiosas de Pedroche, parten como instructores y fundadoras del de la Villa de Hinojosa, en el ya viejo "beaterio" de la misma. Más aún, fueron las religiosas del convento de Nuestra Señora de la Concepción, María de los Reyes y Ana del Espíritu Santo, abadesa y vicaria respectivamente, las que en 1583, fundaron su homónimo en Montilla.

Como a todos, las leyes de exclaustración y desamortización, le asestaron un golpe mortal, reduciendo tanto su número de religiosas y bienes propios, que ya por aquella época se consideraba casi extinguido; gracias a las limosnas y al cobro de una antigua deuda que el convento de Hinojosa había contraído con el de Pedroche, pudo seguir su entonces lánguida vida.

En julio de 1855, el Gobierno de la Reina Isabel II, promulga un decreto de disolución, que afecta de lleno al convento de Nuestra Señora de la Concepción y obliga a las religiosas a trasladarse a otros de la Orden; ante este nuevo contratiempo, las ya ancianas monjas que quedaban en él, elevan una patética instancia a las autoridades municipales, prometiendo ser lo menos gravosas posibles, solicitando intervención ante la Reina, para evitar la desaparición del "único y antiguo convento, monumento de la memoria a la religión y piedad de nuestros padres".

La petición fue aceptada y el convento siguió su silencioso caminar. Años más tarde y seguramente debido al Concordato de Isabel II con el Papa Pío IX, en el que la Iglesia recuperaba propiedades, se llevó a cabo una restauración del mismo a cargo de Sor Teresa de Jesús y cuatro religiosas más, quedando ésta finalizada el 19 de enero de 1887; durante el gobierno de Sor Teresa de Jesús florecieron de nuevo las vocaciones, por lo que las dificultades económicas crecieron; hubo que vencerlas enajenando patios y dependencias del Convento que, posteriormente se pudieron recuperar en parte.

El Advenimiento de la última guerra civil, la comunidad tuvo que permanecer fuera de él, produciéndose un grave deterioro en su fábrica. Tras este paréntesis cruento fue restaurado de nuevo y el 22 de agosto de 1942 acogió en su remozado claustro a trece religiosas.

Las religiosas concepcionistas abandonaron a finales de 1998 el convento por falta de vocaciones. Actualmente el Ayuntamiento es propietario de una parte y el Obispado le ha cedido el resto (excepto capilla y coros) para su restauración y uso.

Convento de la Concepción

Cuevas

Descripción

Excavadas en la tierra, muchas son las casas de Pedroche que tienen en sus patios o sótanos antiguas bodegas destinadas al almacenamiento de comida y bebida. En el actual Hogar del Pensionista, se puede visitar una de estas bodegas.

Cueva

Centro de interpretación de las siete villas

Propósito, ubicación y descripción

El Centro de Interpretación de las Siete Villas de Los Pedroches tiene como propósito difundir la historia común de una parte de la comarca que se caracterizó desde la Edad Media por la explotación mancomunada de un extenso territorio. Por ello, se encuentra en un edificio situado en el entorno de la ermita de Piedrasantas, lugar común de reunión de los concejos de Pedroche, Torremilano, Torrecampo, Pozoblanco, Añora, Alcaracejos y Villanueva de Córdoba, un paraje que, además de su valor histórico y artístico, presenta un indudable interés ecológico.

El objetivo es doble: por una parte, reivindicar un pasado histórico común; por otro, presentar una introducción a la historia comarcal, que pueda servir para contextualizar su visita a los bienes patrimoniales de Los Pedroches. Este paraje cuenta además con el valor añadido de ser el escenario principal de la celebración de una de las fiestas de más antiguos orígenes de la comarca: "Los piostros", también presente en este espacio expositivo.

  • VISITAS: Previa cita (Ayuntamiento: 957 137 302. Oficina de Turismo: 957 137 397)

Su ubicación

El centro está situado tras el arroyo Santa María, frente a la ermita de Piedrasantas. La ruta de senderismo señalizada entre esta ermita y la de las Cruces, en el vecino término municipal de El Guijo, siguiendo el curso del Santa María, destaca no sólo por su interés ecológico, sino también por su significación histórica. No en vano aquí terminaba el trayecto que el Marqués de Santillana recorría cuando quedó poéticamente enamorado de la vaquera de la Finojosa: faziendo la vía, del Calatraveño a Santa María. Entre la fauna más característica que es posible encontrar en este entorno de ribera rodeado de dehesa destacan las cigüeñas blancas, diferentes especies de aves acuáticas, martín pescador, e incluso la esquiva nutria.

El edificio de la ermita de Piedrasantas responde a la tipología de una ermita bajomedieval, aunque muy transformada por reformas de los siglos XVII y XVIII. Según Pérez Peinado (El Santuario de Piedras Santas, p. 133), se menciona la existencia del antiguo edificio ya en 1310.

Espacio expositivo

El contenido expositivo está basado en objetos materiales, paneles informativos y elementos audiovisuales e interactivos, ordenados de forma coherente para ofrecer un discurso centrado en la organización de las Siete Villas de Los Pedroches, su patrimonio territorial y la cultura tradicional surgida de esta realidad histórica.

Nos encontramos con tres bloques temáticos:

  • Medio natural y paisaje. Consideramos imposible comprender adecuadamente la historia de nuestra comarca sin tener en cuenta el marco geográfico en el que se ha desarrollado. Sin dehesa no habría necesidad de establecer una comunidad de aprovechamientos de las Siete Villas; sin arroyo Santa María quizá no habría podido mantenerse en el tiempo la tradición de acudir a la ermita a lomos de caballerías, que llegaron a ser necesarias para acceder hasta ella.
  • Las Siete Villas de Los Pedroches. Es el tema central en torno al cual giran todas las explicaciones propuestas por el centro.
  • Los piostros. Esta manifestación cultural de antiguas raíces, muy relacionada tanto con el paraje de Piedrasantas como con las reuniones de las Siete Villas, constituye otro de los bloques expositivos del centro. Conectando con todo lo presentado anteriormente, la fiesta es un importante elemento del Patrimonio Inmaterial de Pedroche, y del conjunto de su comarca, que es posible presentar tanto con elementos de la cultura material relacionados con la fiesta como con otros pertenecientes al patrimonio intangible: sonidos, música, imágenes, etc.

Además, es importante destacar los siguientes elementos presentes en la exposición:

  • Bancas originales marcadas con los nombres de las Siete Villas. Este conjunto constituye el elemento fundamental de la exposición, por tratarse de objetos originales, por su interés histórico y por su valor evocador. Se trata de un conjunto de bancas de madera que llevan cada una de ellas grabado en el respaldo el nombre de una de las Siete Villas, y que estarían originalmente destinadas a acoger a los representantes de sus concejos en las reuniones anuales.
  • Elementos originales relacionados con la ermita de Piedrasantas y, esencialmente, con la fiesta de los piostros: mantas bordadas, jamugas, silloncillos, colchoncillos, etc.
  • Reproducciones de documentos originales. A través de reproducciones de documentos de archivo (Archivo Municipal de Pedroche y otros) se explica el funcionamiento de las juntas o reuniones de las Siete Villas de los Pedroches en la ermita de Piedrasantas.

Centro de interpretación de las siete villas