Ruta de las Fuentes
Recorramos las fuentes y pozos, hoy en desuso, que durante tantos años han servido para abastecer de agua a los pedrocheños y pedrocheñas, tanto para beber como para lavar la ropa, agua para hacer la comida o para saciar la sed del ganado.
En los años 50 y 60 eran lugares de juego para los más pequeños y de encuentro para los más jóvenes. La monotonía de recogida de agua diaria se convertía en entretenimientos, bromas y conversaciones, hoy recordadas en forma de anécdotas.
Todas las fuentes tradicionales conservadas en Pedroche consisten en depósitos subterráneos cubiertos con brocales de piedra. Destacan entre ellas las fuentes Conceja, junto a la ermita de San Sebastián, y de la Encina, en la zona meridional, que constituyen los mejores ejemplos de la provincia de pozos de planta oval, con revestimiento interior de mampostería de granito y brocal formado también por losas de granito y de planta oval, de unos 3 m. de longitud. La fuente Conceja conserva aun, sobre el pretil del brocal, la bomba de succión para elevación del agua.
Documentalmente, tenemos el siguiente texto de Luis María Ramírez de las Casas-Deza escrito en su Corografía histórico-estadística de la provincia y obispado de Córdoba en 1840:
Hemos diseñado una ruta compuesta por 8 fuentes y pozos que pueden ser visitados facilmente al estar practicamente todos dentro del casco urbano de Pedroche.
Fuente nueva (A)
Fuente de la encina (B)
Es citada por Ramírez de las Casas como una de las cinco fuentes más cercanas a la población en el siglo XIX (Corografía, p.103).
Fuente de la cava (C)
Ramírez de las Casas cita esta fuente como una de las más cercanas a la población en el siglo XIX (Corografía, p. 103).
Cuenta la leyenda que un día de la primavera del año 709, en el castillo de Pedroche, el rey Rodrigo quedó prendado de la joven princesa Cava, hija del conde don Julián. Llegó a tanto el desatino del rey que no dudó en hacerle fuerza y violentarla. Ella se lo contó a su padre que estaba en África, que volvió rápidamente aunque disimulando y preparando su venganza.
Al tiempo, el conde pidió volver a África junto a su hija en busca de su esposa, que había quedado allí. Y volvió junto al ejército moro que invadió la península, enfrentándose al rey que ofendió a su hija.Dicen las crónicas que los invasores degollaron a los hijos y familiares de la real estirpe goda, y que entre los hijos del rey Rodrigo había quedado sin vida el que también fuera hijo de la Cava.
Cuenta la leyenda que la infortunada princesa lloró con desgarro la muerte de su hijo junto a una fuente. Y que, encaramada sobre el brocal retorcido de la fuente, maldijo su propio destino, arrojándose desesperada a sus aguas.
Fuente Conceja (D)
Es probable que esta fuente fuese construida en la misma época que la ermita, en el siglo XV. En todo caso, es citada por Ramírez de las Casas en el siglo XIX.
Pocito serrano (E)
Es de la época de la II República según consta por inscripción situada en su lado norte que data su edificación en el año 1932.
Pozo republicano (F)
Este pozo fue edificado en tiempos de la II República, conserva una inscripción en su lado norte que lo data en el año 1931.
Fuente de las huertas (G)
Es citada por Ramírez de las Casas como una de las más cercanas a la población en el siglo XIX (Corografía, p. 103). Su estado actual debe proceder, al menos en parte, de las reformas efectuadas en 1907, según consta por inscripción conservada en el lado oeste del brocal que corona el depósito.
Pozo Tejera (H)
Conserva una inscripción que data la última reforma sufrida en 1945.
En el recuerdo
Año 1960 aproximadamente, Calle Real de Pedroche
Las alumnas más mayores del Centro Guadalinfo de Pedroche han puesto su memoria a recordar cuando iban a las fuentes y pozos del pueblo:
- "También íbamos a lavar la ropa al arroyo, con la pila y la ropa en la cabeza. Teníamos miedo los días de lluvia, porque los teníamos que cruzar por unas piedras."
- "Una vez, estando sacando agua del pozo, vino hacia nosotras unos toros y tuvimos que subirnos a un chaparro."
- "Íbamos a lavar a pozos que incluso eran privados y los dueños nos amenazaban con denunciarnos, aunque nunca lo hacían."
- "Yo iba a la Fuente de la Encina a por agua con dos cántaros, uno en la cabeza y otro en la cadera."
- "Íbamos a por agua con un carrillo, donde se llevaban los cántaros, y la sacábamos con un cubo atado a una soga."
- "Cuando íbamos a la Fuente Conceja a por agua teníamos que esperar a que manara, ya que se iba gastando."
- "Una vez estaba el novio de una de nosotras dentro de un pozo esperándola. Nos llevamos un susto de la muerte."
- "Lavábamos la ropa en las pilas de grano, con jabón hecho. Tendíamos la ropa al sol, sobre las matas o sobre piedras."
- "En años de sequía se aparejaba un burro, se le ponían una aguaderas, de mimbre o de hierro, con cuatro cántaros y se iba a una fuente más lejana."
- "Todos los días era lo mismo, con un cántaro en la cabeza y otro en brazos, a por agua para beber y para la comida al pozo más cercano."
- "Una vez íbamos con el burro a por agua a otro pozo más lejano, con cuatro cántaras en las aguaderas, y alguien nos quiso hacer una foto. El burro se asustó, se hincó de rodillas y se rompieron todos los cántaros. El problema lo tuvimos al volver a casa sin agua y sin cántaros."
- "Íbamos a lavar al Pozo de la Tejera. Además de pasarlo bien y reír mucho, también pasábamos vergüenza, cuando los novios se acercaban a vernos."
- "Yo me metía en el Pozo de la Tejera a coger agua con una lata."